Mucho se ha escrito sobre los grandes ahorros energéticos y económicos que supone hacer un uso eficiente de la calefacción, gracias a elementos como las válvulas termostáticas. Se calcula que, aproximadamente, por cada grado centígrado de más que se evita, se ahorra un 10% de energía.
Así, por ejemplo, si los habitantes de una vivienda quieren disfrutar de una temperatura de 23 grados pero su sistema de calefacción es ineficiente y la temperatura se dispara a 25 grados, están desperdiciando un 20% de energía.
Ubicadas en los radiadores, las válvulas termostáticas regulan las temperaturas de las habitaciones. Su función es impedir que se produzcan temperaturas superiores a las deseadas, lo que evita derroches y permite a los usuarios ahorrar energía.
¿En qué consisten?
Las válvulas termostáticas se componen de dos partes: la válvula termostatizable (que une las tuberías de la instalación de calefacción con el radiador) y los cabezales termostáticos (elementos sensibles al calor que abren, cierran o regulan el caudal del agua en el radiador en función de la diferencia entre la temperatura de la habitación y la temperatura a la que queremos estar).
Dentro de los cabezales termostáticos, el usuario puede elegir desde el modelo más sencillo (de mando manual, que permite abrir o cerrar el radiador) hasta los más sofisticados (cabezales integrados y cabezales electrónicos).
¿Dónde instalarlas?
Aunque las válvulas termostatizables deben instalarse en todos los radiadores, la normativa recomienda instalar cabezales termostáticos solo en salones y dormitorios. Si se instalaran cabezales termostáticos en todos los radiadores del edificio y se cerrasen todos a la vez al alcanzar una buena temperatura, la caldera se quedaría sin circulación, lo que generaría problemas de funcionamiento.
¿Cómo deben usarse las válvulas termostáticas?
Dado que las válvulas termostáticas regulan la temperatura de las habitaciones y las adaptan a la temperatura de confort que se desea alcanzar, si el radiador está frío o tibio en la parte inferior el usuario debe tener presente que quizá se haya alcanzado la temperatura ambiente deseada y que por eso se haya interrumpido el flujo del agua caliente.
También se recomienda tener en cuenta:
- En caso de ausencias prolongadas durante el invierno se recomienda ajustar la válvula en la posición antihielo (T).
- Durante el verano (con el sistema desactivado) se recomienda ajustar la válvula en el número más alto.
- Antes de abrir las ventanas es mejor cerrar la válvula: el aire frío que entra en el ambiente causa la activación inmediata del flujo de agua caliente y, por lo tanto, un inútil derroche de calor.
- No cubrir el cabezal termostático, para asegurar su funcionamiento correcto.