Los tipos de calefacción que se utilizan influyen en la factura que las familias pagan a final de mes. Así se desprende de un estudio elaborado por la consultora PwC, que cifra el gasto medio en calefacción de gas natural entre 760 y 928 euros/año. Mientras que el gasto medio de calefacción eléctrica supone un desembolso de entre 1.960 y 2.168 euros anuales.

Según la Guía Práctica de la Energía publicada por el IDAE la mayoría de hogares españoles disponen de sistema de calefacción por elementos independientes como estufas, radiadores y convectores eléctricos y bombas de calor, la mayoría de los cuales utilizan energía eléctrica para funcionar.

En cambio, un 25% cuentan con un sistema de calefacción individual instalado en su casa, que es independiente del resto de viviendas de su bloque o urbanización.

Y tan solo un 10% de hogares disponen de una instalación térmica centralizada, donde una misma sala de calderas ofrece servicio a un conjunto de hogares, generalmente de un mismo bloque o comunidad de propietarios.  Estos sistemas de calefacción central constan de los siguientes elementos:

Fuente: IDAE

 

De entre todos los tipos de calefacción, ¿son  los sistemas centralizados los más económicos?

Los sistemas de calefacción central cuentan con múltiples ventajas, entre ellas:

Al tratarse de un sistema de calefacción comunitario, el gasto se reparte entre todos los vecinos, lo que en ocasiones no es fácil de determinar.

Y es que, aunque en edificios de nueva construcción ya es obligatorio que cada usuario disponga de un contador de energía, en muchos inmueble con una cierta antigüedad no se dispone de un sistema que permita contabilizar el consumo de energía que realiza cada vivienda, por lo que los gastos se reparten de acuerdo a criterios como el cociente de la propiedad.

 

La contabilización individualizada ayuda a ahorrar

Establecer cuáles han sido los consumos de calefacción individuales y globales, y hacer un reparto ajustado a la realidad contribuye al ahorro y la eficiencia energética del edificio. Y es que, sin medir no es posible determinar si, por ejemplo, se está consumiendo más energía de la necesaria.

La solución para medir el consumo que realiza cada vivienda en edificios con calefacción central de una cierta antigüedad pasa por instalar repartidores de costes o contadores de energía. Optar por uno u otro sistema depende de cómo sea la red de distribución del sistema de calefacción:

 

Los contadores de energía miden realmente la energía que se consume. Por su parte, los repartidores de costes son pequeños dispositivos que, colocados en la superficie de los radiadores, permiten estimar el calor que emite cada radiador.

Tanto contadores como repartidores de coste sirven para medir la energía consumida, pero no permiten actuar y regular la temperatura. Por lo que su instalación se complementa habitualmente con la instalación de válvulas termostáticas en los radiadores, que permiten abrir o cerrarlos en función de las necesidades térmicas que tiene cada estancia.

¡Se calcula que por cada grado centígrado de más se consume entre un 7 y un 10% adicional de energía!

Aquellas comunidades de propietarios que desean instalar repartidores de costes o contadores pueden contactar con Remica en el teléfono 91 396 03 00 o en el email remica@remica.es