En sistemas de calefacción, la biomasa es una alternativa al combustible fósil que consiste en utilizar materia orgánica como fuente de energía para producir agua caliente.

Aunque queda mucho camino por recorrer en España, cada vez más, es habitual ver que se utiliza biomasa. Según el Observatorio Nacional de Calderas de Biomasa (ONCB) existen 45.000 instalaciones de biomasa, lo que representa una potencia instalada acumulada que supera los 3.500 MW térmicos.

¿Qué tipo de combustible utiliza la calefacción de biomasa?

Existen varios combustibles sólidos que pueden ser utilizados para alimentar los sistemas de calefacción basados en biomasa. Estos combustibles suelen variar en función de la zona en la que esté ubicada la instalación. En el caso de España, los combustibles más frecuentes son la astilla, el pellet y el hueso de aceituna.

La biomasa es un producto heterogéneo. Además los equipos de serie no están diseñados para el uso de cualquier biomasa. Por ello, es muy importante que, independientemente de la variante de biomasa que se use, se emplee un combustible de calidad, a ser posible normalizado, en combinación con un diseño de instalación adecuado (caldera, silo, regulación, sistema de transporte…).

En el pasado cada país desarrollaba su propia normativa respecto a los combustibles utilizados en biomasa; un hecho que no facilitaba el comercio entre diferentes naciones. En la actualidad se tiende a crear normativas unificadas que definan cuál debe ser la composición, morfología, índice de cenizas, poder calorífico, etc.

La certificación de calidad ENplus® se basa en la norma europea EN 14961-2, que regula los pellets de madera para uso no industrial. Sin embargo, en el caso de combustibles más locales como puede ser el hueso de aceituna, que se produce principalmente en España e Italia, esta normalización europea está tardando más en producirse.

 

¿Puede instalarse una caldera de biomasa en lugar de una de gas o de gasoil?

Una caldera de biomasa puede sustituir a cualquier tipo de caldera de otro combustible, ya sea de gas o gasoil. Al ser un producto local, hay que valorar en cada caso la garantía de suministro, la calidad y el precio de la biomasa. Teniendo en cuenta todo ello, unido al coste de instalación, se tratará de implementar la fuente de energía más económica y adecuada para caso particular.

El retorno económico de la inversión ha de ser el factor determinante para decidir el tipo de combustible por el que apostar. Las inversiones en instalaciones de biomasa suelen ser de un mayor importe que para otros combustibles por lo que, en función del consumo, el menor precio de la energía hará que resulte interesante o no instalar este tipo de combustible.

El precio de la energía producida por astilla es alrededor de un 70% más económico que la producida con gasoil. El precio del pellet puede ser similar o algo inferior a la del gas y, en ambos casos, tanto el gas como el pellet son más económicos que el gasóleo. El importe de las inversiones y la disponibilidad de suministro nos harán decantarnos por una u otra tecnología.

 

¿Quién debe realizar el mantenimiento de la calefacción de biomasa?

Desde el Departamento Comercial de Remica recomiendan contar con una Empresa de Servicios Energéticos (ESE) a la hora de proyectar o renovar una instalación de calefacción ya que la ESE recomendará en cada caso la fuente de energía que compense más.

La ESE también facilita el mantenimiento de las calderas de biomasa; un mantenimiento que se debe realizar de manera más frecuente que en una caldera de gas para controlar aspectos como la retirada de cenizas. Hay que tener en cuenta que si la instalación cuenta con una caldera de gama alta las labores de mantenimiento se verán reducidas.

Pero el principal valor añadido de la ESE será optimizar el rendimiento que se obtiene de la instalación ya que la Empresa de Servicios Energéticos asume el riesgo de las ineficienciasque se pudieran producir tanto por un combustible con una baja calidad o poder calorífico, como por ser una instalación cuya regulación, optimización y funcionamiento no fueran los deseados. La ESE, al facturar al cliente por energía o calor útil, asume cualquier tipo de ineficiencia que se produzca en la producción de la mencionada energía calorífica.

 

¿Qué requisitos extra tiene una caldera de biomasa en comparación con una de gas?

La biomasa tiene menor densidad energética que los combustibles fósiles como el gasóleo o el gas. Es decir, que se necesita más volumen para obtener una cantidad energética similar, por lo que el espacio de almacenamiento que necesita es un aspecto a considerar.

A diferencia del gas, que alimenta a la caldera a través de tuberías directamente desde la acometida a la red general, las instalaciones de calefacción de biomasa necesitan disponer además de un espacio para almacenar el combustible y de un sistema para que el combustible vaya alimentando la caldera. Este sistema es específico para cada tipo de biomasa.

En el rendimiento también influye la calidad y poder calorífico del combustible: a más calidad y poder calorífico, mejor rendimiento de la caldera. Por ello, es importante garantizar la calidad de la biomasa suministrada y conocer las distintas opciones a la hora de realizar la compra.