Una sala de calderas se define habitualmente como el espacio en el que se instalan los equipos de calderas. En las instalaciones comunitarias de calefacción, conviene que los propietarios conozcan algunos principios a tener en cuenta para sacar el máximo rendimiento de las instalaciones y evitar problemas de funcionamiento. Un funcionamiento eficiente de la sala de calderas contribuirá a una mayor eficiencia y ahorro energético de la instalación.
Para ello, el Instituto para la Diversificación y el Ahorro de la Energía (IDAE) ha creado un Aula Digital, una formación online gratuita, en la que se proporcionan algunas claves sobre cómo ahorrar energía teniendo en cuenta la configuración de las salas de calderas y los equipos que contienen.
“Dado que la evolución de estos equipos en los últimos años ha sido muy importante, una de las principales medidas de ahorro energético consiste en sustituir calderas que tengan más de 15 años”, recomiendan.
También destacan la importancia de “adaptar la potencia de las calderas a la demanda del edificio” y “comprobar el estado de conservación de las chimeneas”. Es importante tener en cuenta que si se sustituyen las calderas y se mantienen las viejas chimeneas realizadas a partir de un material no apropiado, se pueden producir problemas en la instalación.
Si se opta por un combustible fósil, el menos contaminante es el gas natural, por lo que se aconseja adaptar las instalaciones a este combustible si es posible. Para la ubicación de la salas de gas natural, se sugiere ubicarla en la cubierta del edificio si la construcción lo requiere y que el edificio sea capaz de soportar las nuevas cargas.
Finalmente, se destaca que se debe comprobar el aislamiento térmico de tuberías y equipos en la sala de calderas, reforzándolo o sustituyéndolo cuando sea necesario.
También recuerdan que, en instalaciones centralizadas de calefacción y agua caliente sanitaria, es obligatorio contar con un servicio de mantenimiento, mediante una empresa mantenedora autorizada por el RITE.