Los repartidores de costes son unos dispositivos que se colocan en los radiadores, que permiten contabilizar cuál es el consumo energético de calefacción realizado por vivienda, en edificios con instalaciones térmicas con sistemas de distribución por columnas. ¡Estos son sus beneficios!

 

 

Con los repartidores de costes, la factura refleja el consumo realizado

En las instalaciones de calefacción central en columna, las tuberías generales por las que se distribuye el calor están dispuestas de manera vertical. Es decir, que estas tuberías conectan de abajo a arriba los radiadores del edificio, sin que exista unión entre los radiadores de cada vivienda.

Este tipo de instalaciones eran muy frecuentes hace unos años, pero presentan algunos inconvenientes. Uno de los más importantes es la falta de confort en las viviendas ya que, con frecuencia,  la distribución de calor no es uniforme en todos los hogares debido a que se producen desequilibrios térmicos.

Además, el pago de los costes de calefacción se hace por coeficientes de propiedad y no por el consumo realizado. Por ello, muchas veces paga lo mismo la vivienda que tiene 27 grados centígrados de calor en invierno que la que tiene una temperatura mucho más baja y debe, incluso, recurrir a sistemas alternativos para calentarse.

La solución para un reparto de los gastos más equitativo pasa por instalar repartidores de costes en los radiadores, que contabilicen cuál es el consumo de energía de cada radiador, de modo que se pueda establecer cuánta energía en calefacción ha gastado cada vivienda.

Si, además, se quiere potenciar el ahorro y la eficiencia energética, esta medida se debe complementar con otras, como realizar un correcto equilibrado hidráulico que asegure un reparto uniforme del calor en las viviendas del edificio. Y también sustituir las antiguas válvulas de radiador (las cuales, en muchas instalaciones antiguas, carecen de capacidad de regulación) por válvulas termostáticas, que permitan regular la temperatura en función de las necesidades de cada hogar.

 

¡La experiencia de otros países demuestra que funcionan!

Aunque es en los últimos años cuando se están poniendo en marcha más campañas para fomentar la instalación de repartidores de costes de calefacción central, lo cierto es que no se trata de una medida nueva, sino que se lleva utilizando desde hace décadas en otros países.

Según datos recogidos por la Asociación Española de Repartidores de Costes de Calefacción (AERCCA), en Europa aproximadamente 30 millones de viviendas utilizan repartidores de costes de calefacción central, lo que supone un total de 150 millones de dispositivos instalados.

 

Instalar repartidores de costes no supone una gran inversión

Ubicados en los radiadores, los repartidores de costes se instalan de manera sencilla, sin tener que realizar obras en la vivienda. Por lo tanto, su colocación no supone un gran desembolso económico. De hecho, se calcula que instalar repartidores de costes en una vivienda es hasta cuatro veces más barato que instalar un contador de energía.

Una vez instalados, tampoco suponen una gran molestia para sus ocupantes: son pequeños, de diseño discreto. Se colocan en el radiador mediante tornillos y no necesitan cableado para funcionar.

 

No es necesario que un técnico entre en la vivienda para realizar las lecturas

Entonces, si los repartidores de costes se ubican en los radiadores, ¿es necesario que un técnico de la empresa encargada de realizar la lectura acceda a la vivienda?

Lo cierto es que esto no es necesario ya que las lecturas de repartidores de costes se emiten vía radio. Además, al tratarse de dispositivos electrónicos, funcionan con baterías de larga duración que, habitualmente, no se agotan hasta pasados diez años. Al tratarse de un proceso automático, también se disminuye el margen de error.

 

Están protegidos contra manipulaciones

Otra de las grandes ventajas de los repartidores de costes es que están protegidos contra manipulaciones no autorizadas.

Esto es posible porque cada repartidor de costes ha sido concebido en sí mismo como una única unidad operativa, en la que se incorpora un sello o precinto cuya misión es proteger contra manipulaciones no autorizadas.

Por ello, ante cualquier tentativa de manipulación (por ejemplo, al tratar de desmontar un radiador para pintar o realizar obras en una estancia de la casa) los repartidores de costes emiten un aviso a la compañía que realiza las lecturas, de modo que puedan informar a la comunidad de esta circunstancia y proceder a la sustitución del dispositivo defectuoso.