Casi la mitad de la energía que gastan las familias españolas se utiliza para calentar la vivienda, por ello, cualquier pequeño gesto que nos pueda ayudar a reducir ese consumo puede suponer una ayuda para mejorar el medio ambiente y reducir la factura de calefacción sin renunciar al confort.

Para ello, el uso inteligente de cortinas y persianas pueden ser un buen aliado para el aislamiento ya que a través de las ventanas se pierde una parte importante del calor que se acumula en las viviendas.

Lo primero que has de tener en cuenta en relación a estos componentes son los materiales y su colocación. De este modo, es conveniente que las cortinas sean de tejidos gruesos para aislar lo máximo posible y cuando las coloques procura que sus bordes superen en varios centímetros los límites las ventanas, a ser posible es aconsejable que laterales queden hacia dentro de manera que el frío no se salga por los extremos. En cuanto a las persianas, las más adecuadas son las fabricadas con materiales aislantes

Además de los materiales su utilización es muy importante si deseamos reducir el consumo de calefacción. Así, durante el invierno conviene que mantengamos abiertas las cortinas y persianas de las ventanas que dan al sur de la casa durante el día para que así entre la luz y el calor del sol. Por el contrario, deberemos cerrarlas durante la noche para reducir el frío.  Ahora bien, en el caso de que tus ventanas estén orientadas a zonas de sombra durante todo el día lo mejor será que evites abrirlas o que lo hagas lo mínimo posible.

Durante los meses de calor el comportamiento será el contrario. Baja las persianas, aunque no por completo (para que entre la luz), en las ventanas donde da el sol para evitar la entrada directa de los rayos e impedir que se produzca un aumento de la temperatura. Asimismo, abre las ventanas de la casa que te permitan crear corriente y la mantengan así ventilada.

Con todos estos consejos verás como sin apenas darte cuenta consigues reducir tu consumo energético sin perder el confort.