Aunque técnicamente una caldera de biomasa puede sustituir a cualquier tipo de caldera, ya sea de gas o gasóleo, para que sea rentable hay que estudiar cada caso concreto.

Para ello, lo mejor es contar con el asesoramiento de una empresa de servicios energéticos de experiencia contrastada que realice un análisis completo de la situación. La ESE recomendará en cada caso qué tipo de instalación, ya sea biomasa o no, es más rentable a medio o largo plazo.

¿Es rentable optar por la biomasa?

Cuando se trata de renovar el sistema de calefacción y agua caliente sanitaria es frecuente escuchar que el gas natural es el combustible fósil más barato y menos contaminante. Sin embargo, dependiendo del caso la biomasa puede ser una alternativa igual o más rentable. En especial, las calderas de biomasa suelen ser más competitivas cuando los consumos energéticos son elevados.

En obra nueva, según el apartado HI4 del Código Técnico de Edificación, relativo a la sostenibilidad, un edificio de viviendas debe usar energías renovables para producir parte del agua caliente sanitaria que consumen sus habitantes. Para cumplir con la legislación, hasta hace poco tiempo en obra nueva se solía realizar una instalación en la que se combinaba energía solar térmica con energía fósil como el gas o el gasóleo. Sin embargo, si se instalan calderas de biomasa no es necesario recurrir a esta solución ya que la biomasa se considera en sí misma una energía renovable. Al simplificarse la instalación, se reducen los costes. Además el uso de biomasa mejora la certificación energética del edificio.

¿Qué tipo de biomasa compensa más?

Como hemos mencionado anteriormente, las calderas de biomasa –especialmente las de gama más alta- suelen tener un importe más elevado que las basadas en otros combustibles. Generalmente, haciendo una estimación del consumo que se va a realizar, si va a ser elevado y la instalación cumple con las condiciones adecuadas, el menor precio de la biomasa puede hacer que finalmente sea rentable decantarse por ese combustible.

El precio de la energía producida por astilla es alrededor de un 70% más económico que la producida con gasoil. El precio del pellet puede ser similar o algo inferior a la del gas y, en ambos casos, tanto el gas como el pellet son más económicos que el gasóleo. El importe de las inversiones y la disponibilidad de suministro provocarán decantarse por una u otra tecnología.

La biomasa, ¿es factible en el sector residencial?

Hace unos meses, un emblemático edificio de viviendas de Albacete veía renovados sus sistemas de calefacción y agua caliente sanitaria (ACS) al cambiar sus antiguas calderas de gasóleo por calderas de biomasa. La instalación, acometida por Remica, destacó por ser la mayor del sector residencial de Albacete en el momento de su puesta en marcha.

Para la renovación de las instalaciones, las antiguas calderas de gasóleo (de 1.250.000 Kcal y 209.000 Kcal) se sustituyeron por dos calderas de biomasa de 300 y 500 kW que utilizarán como combustible pellets para satisfacer las necesidades de calefacción y agua caliente sanitaria de toda la comunidad de vecinos. Se calcula que, al utilizar biocombustible en lugar de gasóleo, los vecinos pagarán alrededor de un 40% menos en su factura energética y mejorarán el confort de sus hogares.